¿Por qué debemos tener en cuenta la aleatoriedad?
ALEATORIEDAD
¿QUÉ PAPEL JUEGA EN NUESTRAS VIDAS?
Espero que no hayas salido corriendo tras leer el título. Antes de comenzar, hemos de dejar claro qué es esto de la aleatoriedad. Todos asociamos mentalmente la palabra azar, fortuna o destino. Pero, ¿Cómo definirías tú la aleatoriedad?
Te doy una pequeña pista, es todo aquel proceso cuyo resultado no es previsible. Deriva de la palabra "aleatorio", usado frecuentemente para expresar carencia de propósito, causa u orden. Ahora que tenemos una ligera idea, comencemos.
La aleatoriedad ha sido desde hace mucho tiempo un tema infravalorado para la mayoría de la sociedad. Algunos lo han denominado suerte, karma, caos, alineación de astros o simplemente afirman a posteriori que los Simpson "ya lo predijeron".
No existe en el mundo nada como la aleatoriedad, afectando a malas y buenas personas, a ricos y a pobres. ¿Acaso Kobe Bryant tenía menos posibilidades de morir que cualquiera de nosotros? ¿Por qué eligieron las torres gemelas y no la Torre Eiffel? Algunos eventos son imposibles de predecir. Podríamos escribir una lista infinita de ejemplos. El dinero, la fama y la sabiduría no te van asegurar vivir 80 años. Y no es una teoría, es un hecho.
Una vez que entendemos la aleatoriedad, podemos romper nuestra primitiva insistencia en la previsibilidad y apreciar el mundo como es, no como queremos que sea. Todas las mañanas confiamos en llegar a nuestro trabajo a la misma hora porque es lo "normal". Pero no tenemos en cuenta que una concatenación de eventos puede dar lugar a un accidente de tráfico en el que no hayamos tenido nada que ver y terminar con una reunión suspendida y un contrato perdido.
Aunque la aleatoriedad no tiene por qué ser siempre negativa. Hemos de distinguir entre posibilidad y probabilidad. Pongamos el ejemplo de la lotería. La compra de un boleto nos ofrece la probabilidad de 1 entre 600.000. Es posible que ganemos, pero la probabilidad es ínfima.
Decir que algo es aleatorio no es lo mismo que decir que no lo podamos entender. Paradójicamente, los comportamientos imprevisibles de los eventos aleatorios nos han dado información más fiable que nunca. Como bien afirmaba Nassim Taleb, "Ningún número de observaciones de cisnes blancos nos permite inferir que todos los cisnes son blancos, pero la observación de un único cisne negro basta para refutar dicha conclusión"
El coronavirus es un claro ejemplo de cisne negro, ha destapado debilidades sanitarias, potenciado la revolución tecnológica y ha puesto en evidencia la escasa formación en management de un gran número de gobiernos. Además, nos ha proporcionado información sobre peligros que nunca antes podríamos haber imaginado. Hemos abierto los ojos y quién sabe si, a raíz de la pandemia, reestructuraremos nuestra sociedad o seguiremos sin aprender de nuestros errores. Y todo esto gracias a nuestra querida aleatoriedad.
Podemos continuar viendo los Simpson para anticipar sucesos, tener oficinas en la trigésima planta de las Torres gemelas, comprar el Euromillón o ganar cinco anillos de la NBA. Nada de eso va a influir en la aleatoriedad.
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